Sentado en la comodidad de una silla reclinable, en un set de un canal de televisión nacional, el diputado Misael Mejía, del FMLN, justificó de manera pública este jueves más de la mitad de los 1,500 salvadoreños asesinados en lo que van del año como quizá nadie lo hubiera hecho. “La ciudadanía – dijo – termina llorando a todos los muertos, pero más del 60% de los muertos son criminales”.
Mejía, quien es miembro de la comisión de Seguridad Pública y Combate a la Narcoactividad en la Asamblea, explicó en la entrevista con el periodista Carlos Toledo, transmitida por Canal 33, que el incremento en los homicidios desde el inicio de la actual administración presidencial es un efecto de los planes de seguridad de “combate frontal” contra las pandillas.
“Nunca antes se había abordado el tema con tanta seriedad como hoy y tampoco se había atacado de manera directa como hoy. No hay un precedente. Entonces, entre más presionemos a los cabecillas que están recluidos, los cabecillas que están libres más van a seguir presionando para que haya homicidios”, dijo.
Y eso no fue todo. Mejía también hizo un llamado público a los medios de comunicación para que separen a los muertos entre “pandilleros” y “ciudadanos honrados”.
Sin embargo, ni la misma PNC tiene mecanismos certeros para identificar en poco tiempo con seguridad cuál de todos los muertos es pandillero y cuál no. Este mecanismo, según han explicado las autoridades en otras ocasiones, puede llevar meses de investigaciones, por lo que se hace difícil hablar con exactitud de cuántos de los muertos son criminales y cuales ciudadanos honrados.
A partir del planteamiento de Mejía, la realidad salvadoreña podría resumirse así:
En enero del año pasado en El Salvador mataron a 336 personas. Pero la mayoría eran criminales. En febrero mataron a 307. Pero la mayoría eran criminales. En marzo a 484. Pero la mayoría eran criminales. En abril a 418. Pero la mayoría eran criminales. En mayo a 643. Este mes la prensa se alertó y anunció que había sido el “mes más violento”. Pero la mayoría de los muertos eran criminales.
En junio, El Salvador entero se volvió a escandalizar porque ya no era mayo sino junio el mes más violento de la última década, con 677 muertes violentas. De ellas, la mayoría eran criminales. En julio fueron asesinados 470. Pero la mayoría eran criminales. En Agosto, esta vez sí, El Salvador tuvo el mes más sangriento hasta lo que va del siglo con 918 asesinatos, de los cuales la mayoría, claro, eran criminales.
En septiembre de ese mismo año murieron 685 personas, mayormente jóvenes de entre 18 y 35 años. Por supuesto, la mayoría eran criminales. En octubre 684. La mayoría criminales. En noviembre fueron asesinadas 449 personas. Pero la mayoría eran criminales. En diciembre, al menos 586 familias sufrieron la pérdida de un ser querido y lloraron porque la violencia se los arrebató. Pero la mayoría eran criminales.
Este 2016 arrancamos con 738 asesinatos. 738 familias que lloraron a un ser querido. Quizá muchas madres, muchos hijos, muchas esposas o esposos. Cientos de familias llorando porque les mataron a uno de los suyos. Muchos eran policías, otros soldados, trabajadores, obreros… Pero, eso sí, la mayoría eran criminales.
Finalmente, en febrero, según estadísticas de la PNC, en total fueron asesinadas 661 personas. Entre ellas varios estudiantes, niños, niñas, mujeres, hombres, jóvenes, adultos, ancianos. Pero la mayoría eran criminales.
Al sumar los números de homicidios cometidos desde la toma de posesión del presidente Sánchez Cerén hasta el cierre del pasado mes de febrero, son 10,500 los salvadoreños que han sido asesinados. Pero la mayoría son criminales.
El promedio hoy por hoy sigue con más de 20 asesinatos diarios. 20 familias que lloran, que se lamentan, que gritan al cielo preguntando “¡¿Por qué?!”. Madres, padres, hijos, hijas. Todos los lloran. Pero la mayoría, claro está, son criminales.
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