Como si fuera una telenovela o serie colombiana de narcos, en un relato de un informante salen a relucir nombres como de fantasía como “Veneno”, “Los Cocas”, “El Burro” y el mero mero “Diablo”, también llamado “El Patrón”.
José Adán Salazar Umaña –Chepe Diablo− un hombre de 1.67 metros que el próximo mes cumplirá 69 años, es conocido en el submundo de la mafia como El Patrón, alias que quizá copió del famoso narcotraficante colombiano Pablo Emilio Escobar Gaviria, fundador y máximo cabecilla del cártel de Medellín.
Originario de Metapán, departamento de Santa Ana, Salazar Umaña comenzó a finales de la década de los años 80 el negocio de cambiar colones y quetzales en una frontera entre El Salvador y Guatemala. Luego conoció en San Salvador a personas que se dedicaban a realizar lotificaciones, pero en realidad el verdadero negocio era el contrabando de ganado hacia Guatemala.
“Los camiones eran altos y usualmente los agentes aduaneros preferían no revisar; daban paso libre”, dice un informante que formó parte del Cártel de Texis, estructura delictiva que, según una publicación del periódico digital El Faro del 16 de mayo de 2011, fue fundada por Chepe Diablo, “un importante empresario hotelero aliado con diputados, policías, alcaldes y pandilleros de la zona noroccidental de El Salvador”.
En esa publicación, El Faro describió al Cártel de Texis como una organización más grande que Los Perrones que operaba en El Caminito, el atajo que El Salvador aporta al tráfico internacional de la cocaína suramericana que viaja rumbo a Los Estados Unidos.
De acuerdo con el informante que habló con Diario 1, cuando ya se dedicaba al contrabando de ganado, Adán Salazar, El Patrón, conoció a unos hermanos originarios de Metapán apodados Los Cocas, quienes lo introdujeron al robo de furgones y rastras. De ahí “surgió la idea que en los furgones se podían hacer caletas para transportar polvo”.
Pronto Salazar Umaña se convirtió en El Patrón y Los Cocas, hombres extremadamente violentos, en sus achichincles.
Para usar sin problemas los camiones robados, la organización delictiva, que ya era comandada por El Patrón aunque en es ese tiempo aún no era conocida como Cártel de Texis, compró una máquina para falsificar tarjetas de circulación, relata el informante. Y agrega que el negocio empezó a florecer y se unió a esa estructura Roberto Herrera, alias El Burro Herrera, quien actualmente purga una condena de 35 años de cárcel por robo agravado y agrupaciones ilícitas.
El Burro Herrera pagaba los vehículos robados con cocaína, según el informante.
Tras la captura de Salazar Umaña, El Patrón, la estructura delictiva se ha debilitado un poco. Además, Juan Samayoa, alcalde de Metapán, quien es señalado como otro de los prominentes miembros del Cártel de Texis, se encuentra prófugo de la justicia, agrega.
El lugarteniente de El Patrón y Samayoa es un hombre apodado Veneno, quien junto con Los Cocas, se han dado a la tarea de buscar a las personas que han denunciado las actividades del Cártel de Texis, con propósito de cobrar venganza. Aparentemente las órdenes salen de una hacienda llamada Somoto, en Nicaragua, afirma.
La caída de El Patrón
Adán Salazar mantuvo un perfil bajo en los últimos años, luego que tiempo atrás se daba hasta el lujo de adornar páginas de periódicos, sacándose fotografías con prominentes políticos y representantes de grupos empresariales poderosos en el país.
Todo cambió el pasado 4 de abril, cuando en un amplio operativo, la Policía Nacional Civil (PNC) lo capturó a la salida de una casa de campo a las orillas del Lago Coatepeque. La Fiscalía General de la República lo acusó de lavado de dinero, junto a su hija, su exesposa y el alcalde de Metapán, Juan Umaña Samayoa.
Una serie de anomalías detectadas en declaraciones de ingresos emitidas por José Adán Salazar Umaña –Chepe Diablo-, llevaron a la Unidad de Investigación Financiera de la Fiscalía General de la República a solicitar a todas las entidades que operan en el sistema bancario salvadoreño a informar si tenían cuentas abiertas por el metapaneco en sus registros.
De 2003 a 2015, según la Fiscalía, Salazar Umaña introdujo más de $84 millones en distintas entidades bancarias, abriendo 71 cuentas para dicho objetivo. Todas estas cuentas, según determinó la Fiscalía, fueron vaciadas al poco tiempo de ser abiertas.
De las 71 cuentas abiertas, 56 fueron canceladas y los saldos registrados en las mismas reflejan números negativos, debido al sobregiro que se hacía de ellas, según la Fiscalía.
Concretamente, Salazar movilizó en 12 años un total de $84,409,046.49 en dichas cuentas, retirando a su vez $84,604,480.61, lo que significa una diferencia de casi $200 mil de retiros sobre los ingresos a las cuentas.
En 1991, Salazar Umaña, con dinero de origen desconocido, fundó la cadena Hoteles de El Salvador S.A. de C.V. (Hotesa), que desde ese año a la fecha logró extenderla a siete hoteles en los departamentos de Santa Ana, Sonsonate, San Salvador, La Libertad, La Paz y Usulután.
En 1997, las sociedades y ganancias de Salazar se dispararon. Junto a Juan Samayoa, El Patrón montó hace varios años Gumarsal, una empresa de granos. Al poco tiempo endosó las acciones a su amigo y se dedicó a otros negocios. Esta empresa ha acumulado un incremento patrimonial de $170,952,288.82 (ciento setenta millones novecientos cincuenta y dos mil doscientos ochenta y ocho con ochenta y dos centavos), mismos que no pueden ser justificados, según la Fiscalía General de la República (FGR).
Contrario a la mayoría de los grupos centroamericanos del crimen organizado que se han ganado su reputación por medio del uso indiscriminado de la violencia, el Cártel de Texis es reconocido por acercarse al narcotráfico desde un enfoque más empresarial que se convirtió en una de las organizaciones narcotraficantes más prolíficas del país y es un elemento indispensable para los traficantes colombianos y mexicanos que transportan cocaína hacia Estados Unidos, de acuerdo con InSight Crime, una organización de periodismo e investigación especializada en delincuencia organizada en América Latina y el Caribe.
Esa organización añade que el arresto de Salazar Umaña aumenta las dudas sobre los vínculos entre Chepe Diablo y el actual vicepresidente Óscar Ortiz. Sin embargo, las supuestas conexiones con las élites de El Salvador no acaban ahí. Dos sospechosos adicionales, Juan Umaña Samayoa, el alcalde de la municipalidad noroccidental de Metapán, y Wilfredo Guerra, el presidente de la empresa de granos Gumarsal.
De acuerdo con informes de inteligencia de la Policía Nacional Civil (PNC), Salazar fundó el Cártel de Texis junto a Juan Umaña Samayoa (actual alcalde de Metapán), y Roberto Herrera, alias “El Burro”, quien cumple una condena en prisión por delitos de crimen organizado.
El arresto de Chepe Diablo solidifica las antiguas sospechas de que el grupo criminal tiene fuertes lazos con algunas de las élites económicas y políticas más prominentes de El Salvador. Este revés marca el primer golpe significativo que ha recibido el liderazgo y las operaciones del grupo. Sin embargo, faltaría ver cuál sería el impacto que el arresto de Salazar Umaña tendría en el futuro de las operaciones del grupo, dice InSight Crime.
Es que, según el informante, mientras algunos buscan vengarse por la captura de su máximo cabecilla, El Patrón, otros podrían estar planificando la manera cómo quedarse con la estructura delincuencial que tiene conexiones en Honduras y Guatemala.
Adán Salazar se encuentra esperando actualmente su traslado al penal de máxima seguridad de Zacatecoluca, donde permanecerá mientras continúa el proceso judicial en su contra.
Hasta el momento la Fiscalía General de la República solo lo acusa de lavado de dinero, pero continúan las investigaciones para determinar el origen del dinero.
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