El teléfono sonaba insistentemente adentro de la bolsa del pantalón. “Verde” sabía que quien llamaba era Adonay y por eso no contestó hasta que el escolta que lo cuidaba se alejó de él cuando lo vio entrar al banco con el maletín negro con el dinero.
Verde había recibido varias llamadas días antes y el plan estaba afinado. El día en que llevara la remesa al banco, un tipo lo abordaría y le quitaría el maletín. Verde no debía oponerse si quería salir ileso. Verde es el nombre clave de un ordenanza que trabajaba en la alcaldía municipal de San Salvador asignado a una agencia de cobro de impuestos ubicada en el centro comercial Metrocentro. Ahora es testigo con criterio de oportunidad de un robo de miles de dólares.
Una semana atrás, Claudia, la cajera de la agencia de la alcaldía, había salido del trabajo para hablar con Adonay, un hijo de crianza suyo. Ese mismo día le comentó a Verde que Adonay quería hablar con él.
Al siguiente día, Verde pasó recogiendo a Claudia en su vehículo para ir al trabajo. Entonces sonó el teléfono y le dijo que le llamaban.
-No puedo porque voy manejando.
Claudia insistió en que contestara y le dio el celular. En la bocina estaba la voz de Adonay.
-Quiero hablar seriamente con vos. Me urge.
-Ahorita no puedo hablar, voy manejando para la oficina. Llamame en 30 minutos.
Adonay colgó y esperó los 30 minutos. Cuando Verde y Claudia llegaron al estacionamiento de Metro el teléfono volvió a sonar.
-Apurate que te está llamando otra vez, ¡contestale!
Contestó.
-Mirá, te quiero ver pero en un lugar que no sea Metro, ¿dónde nos podemos ver?
-Fijate que hoy no puedo porque tengo que ir a una reunión del sindicato en la alcaldía de allá, de San Miguelito.
-Vaya, por ahí te puedo buscar, por el San Miguelito.
-Chivo, quedemos así.
Claudia le dio el teléfono a Verde para que se comunicara con Adonay, quien dos horas después le estuvo llamando insistentemente. Verde no contestó porque estaba en la reunión, pero a los pocos minutos salió y escuchó nuevamente la voz que salía de la bocina diciéndole que se reunieran a unas cuadras de donde estaba. Verde salió de la reunión y se subió a un carro blanco que donde lo esperaba Adonay.
-Mirá, la Claudia me ha dicho que vos sos el encargado de remesar la plata en el banco Citi que está por el Kentucky.
-Ajá.
-¿Sabés cuánto es lo que remesan?
-Fijate que no. La que maneja esa información es la Claudia, yo solo lo llevo pero realmente no sé cuánto va.
-¿Y vas solo o te cuidan?
-Siempre va una jefa o alguen del CAM (Cuerpo de Agentes Metropolitanos) acompañando.
-Vaya, la onda está en que vos tenés que ver cómo te lo quitás de encima, pero en la próxima entrega va a llegar alguien y te va a pedir el maletín. Si hacés todo como te decimos vas a salir ileso.
Verde aceptó leyendo entre líneas la amenaza de que si no hacía todo conforme le habían ordenado, lo iban a matar.
Al siguiente día, el 2 de mayo de 2014, Verde llegó nuevamente a la oficina e hizo unas cuantas diligencias. Dos horas después, la jefa de la agencia le dijo al ordenanza que tenía que llevar la remesa al banco y que lo acompañaría un agente del CAM. Verde, entonces, entregó el teléfono a Claudia porque sabía que Adonay le llamaría cuando estuviera en el banco pero ella no se lo aceptó.
Verde tomó el maletín con el dinero a depositar y se fue acompañado por el agente del CAM que lo custodiaba y en todo el camino sintió la vibración del teléfono que anunciaba constantes llamadas entrantes que no pudo contestar. Sin embargo, cuando entró a la agencia del banco y dejó de ser custodiado por su acompañante, Verde volvió a sentir que le estaban llamando y salió a contestar.
-Caminá hacia el pilar que está a tu derecha – le dijeron.
El ordenanza caminó con el maletín con dinero en las manos y llegó hasta donde estaba uno de los sujetos a quienes había visto días atrás, cuando se vio por primera vez con Adonay.
-Amigo mío, ¡véngase!
Verde caminó acompañado del sujeto desconocido, quien habló por teléfono diciendo que necesitaba el carro ya. Entonces vieron acercarse un vehículo Mazda blanco donde los esperaban tres sujetos más. En el maletín iban $87,134 en cheques certificados y $45,075 en efectivo, haciendo un total de $132,200.
Horas después del asalto, las autoridades de la oficina de la alcaldía interpusieron la denuncia por lo que se inició la investigación y se dio con la captura de los involucrados: Eris Adonay Galdámez , Claudia Antonieta Santamaría Viuda de Galdamez y Verde, quien se ofreció como testigo con criterio de oportunidad y relató los hechos.
“Adonay” y “Claudia” fueron condenados el pasado 29 de mayo de 2015 3 años y cuatro meses y a cinco años de cárcel, respectivamente; mientras que “Verde”, quien en realidad responde al nombre de Anthony Ernesto Moreno Amaya, fue condenado el pasado 6 de enero a 8 años de prisión. Tres por el delito de Hurto y cinco más por haber participado en un intento de homicidio meses después del robo.
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